martes, 22 de septiembre de 2009

Nuestra Señora de la Fuensanta

El pasado 8 de septiembre, día mariano por antonomasia, se celebró en Córdoba a su patrona, Nuestra Señora de la Fuensanta. Aunque antiguamente fue una de las fiestas más celebradas en la ciudad junto a la feria de Nuestra Señora de la Salud, en la actualidad ha quedado relegada a poco más que una verbena de barrio en torno al santuario donde se encuentra la Virgen.
Como tantas otras vírgenes, la de la Fuensanta tiene un origen poco claro. Según la leyenda, es una más de tantas vírgenes aparecidas al cabo de los siglos tras haber sido escondida en tiempos de la conquista musulmana de la península, pero por su morfología se trata de una imagen gótica propia del tiempo de su aparición.
Sobre los orígenes de esta Virgen, existe una leyenda que es la que ha llegado hasta nuestros días. Cuenta la tradición que, allá por el año 1420 –reinaba en Castilla Juan II en esa época-, vivía por el barrio de San Lorenzo un cardador de lana llamado Gonzalo García. Este personaje se encontraba tremendamente afligido debido a una gran pena que le embargaba. Su mujer se encontraba paralítica, y su única hija estaba demente. Un día, ante tan insoportable situación, decide dar una vuelta por los alrededores de la ciudad. Atravesando la muralla por la puerta de Baeza, se dirige hacia un arroyo que discurre por las cercanías del lugar. Allí, se encuentra con un joven y dos doncellas, una de las cuales le dice que tome agua de una fuente cercana, la lleve a su casa y la de a beber a su mujer y su hija para que todos sus males se vayan. Quien así habló fue la Virgen, acompañado de nuestros patronos San Acisclo y Santa Victoria. Un momento después de escuchar estas palabras, los tres jóvenes desaparecen misteriosamente, y Gonzalo acude a una alfarería cercana a comprar un recipiente para el agua. Una vez recogida ésta, se dirige a su casa y la da de beber a su mujer y su hija, que al momento sanan.
Verdad o mentira, ésta es la historia del origen de la tradición. Lo que sí es verdad es que a raíz de estos hechos las aguas de la fuente comienzan a coger fama de milagrosas entre la población, y gran número de gente acude a tomarlas para curar sus males.
Transcurrida una veintena de años –según se cree en el año 1442-, un ermitaño de la Albaida, aquejado de un gran mal, y conocedor de la existencia de las aguas milagrosas, decide acercarse a tomarlas. Tras obrarse el milagro y curar su enfermedad, el ermitaño eleva sus plegarias a la virgen, y un día, concretamente un 8 de septiembre, escucha una voz que le dice que se dirija a la fuente, y en el interior de un árbol que hay junto a ella (concretamente un cabrahigo), encontrará una imagen de la Virgen depositada allí por los cristianos en los tiempos de la conquista musulmana. Tal como escuchó aquellas palabras, el ermitaño se dirigió hacia el árbol, y cortándolo, halló en su interior la imagen de Nuestra Señora de la Fuensanta, que así se llamó en alusión a la fuente milagrosa junto a la que apareció.
Pocos años después, hacia mediados de siglo, comienza a construirse un santuario de estilo gótico para alojar a la Virgen. La iglesia se construye junto al lugar de la aparición, y sobre la fuente “santa” se construye un templete también gótico, tal y como podemos ver aún hoy día. Este santuario es destino de devoción y peregrinación de numerosos cordobeses que se dirigen allí a tomar las aguas para sanar sus enfermedades, y que en agradecimiento por su curación cuelgan de los muros de la iglesia numerosos exvotos, entre los que destaca un caimán disecado, origen de otra leyenda asociada al lugar, pero eso lo dejo para otro momento, porque no quiero hacerme pesado con tanta historia.
Solo decir que el santuario original sufrió grandes reformas en el año 1641, de las que destaca especialmente la actual portada de la iglesia. Y también que fueron frecuentes las inundaciones del lugar debido a las crecidas del río, que hasta hace unos 150 años transcurría mucho más cerca del lugar que lo hace hoy en día, siendo curiosos unos azulejos que se encuentran junto al pocito, como se llama al pozo que acoge las aguas milagrosas, donde se nos indica el nivel que llegó a alcanzar el río durante las crecidas.

4 comentarios:

  1. Bonito relato de la historia que haces sobre la festividad de la Virgen de la Fuensanta,es digno de recordar esas leyendas que a veces olvidamos por algún tiempo.Te hace rejuvenecernos y ilvidar lo actual, siempre me ha gustado visitar en esos días a la Virgen, pero por motivos especiales ahora no puedo realizarlo, creo que ella sabrá perdonar a este abuelo.
    Te felicito por todo lo escrito.
    Un saludo.

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  2. Está bien recordar estas leyendas que, aunque son bastante conocidas, hay mucha gente en Córdoba que nunca ha escuchado hablar de ellas. Son parte de nuestra historia y nunca deberían caer en el olvido.
    Me alegra que le haya hecho recordar esos tiempos en los que se acercaba a visitar a la Virgen. Por supuesto que ella le perdona por no poder visitarla, porque sabe que tiene motivos de peso para no poder hacerlo.
    Un saludo.

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  3. TE DESEO PASES UNAS FELICES FIESTAS UNIDAS EL FIN DE AÑO Y EL 2010.
    Un abrazo.

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